El Árbol Iifa es un gigantesco árbol crucial en la historia de Final Fantasy IX. Es erróneamente conocido como Árbol Lifa, debido a la tipografía del juego original.
Localizado al oeste del Continente Exterior, fue plantado por Garland hace milenios. Su finalidad es la de filtrar las almas de Gaia para crear genómidos, una raza diseñada para garantizar el futuro de Terra. El árbol suministra niebla al Continente de la Niebla a través de raíces extendidas por todo el planeta. De ello se encarga el poderoso ente Onodrim.